
Muchas madres, e incluso algunos profesionales creen que el realizar tratamientos odontológicos durante el embarazo puede ser un riesgo. Es por ello que siempre retrasan al máximo la visita al Odontólogo para hacer una tartectomía, un empaste, endodoncia, tratamiento periodontal, etc.
Y esto en vez de ayudar al binomio madre-feto puede crear problemas mayores. Es por ello que debemos dejar claro que SI se pueden realizar tratamientos bucodentales.
Como ejemplo, si una madre tiene periodontitis, el tratamiento periodontal que esa madre realice durante el embarazo reducirá significativamente el riesgo de mortalidad perinatal, de parto prematuro y bajo peso al nacer.
Es recomendable que la madre acuda por lo menos a una consulta odontológica durante el prenatal. Y lo ideal sería que en cada trimestre visitara a su Odontólogo de confianza.
En el primer trimestre se evitará realizar tratamientos, ya que es en este periodo donde se están formando las estructuras principales del feto, el Sistena Nervioso Central, el corazón, el cerebro,el Sistema Vascular, etc.
Es en el segundo trimestre donde más se recomienda hacer los tratamientos de elección. En el este período los órganos del bebé ya están formados y la madre estará más cómoda en el sillón dental porque su peso es menor que en el tercer trimestre.
En el tercer trimestre, es más incómodo para la madre permanecer en el sillón dental y además puede haber riesgo de hipotensión arterial por presión en la vena cava inferior. Es por ello que en este trimestre las sesiones deben ser cortas y se debe colocar a la madre en una posición de ligero decúbito lateral para prevenir la compresión de la vena.
Pero en caso de tratamientos de urgencia por dolor agudo, inflamación o infección deben realizarse en cualquier trimestre del embarazo, tomando siempre las medidas necesarias.
En cuanto a las radiografías y a la anestésica que se puedan necesitar para realizar el tratamiento no entrañan riesgo, dado que la exposición a la radiación es mínima y el anestésico que se usa es específico y en dosis muy pequeñas. El más recomendable es la Lidocaína con epinefrina, salvo en madres donde esté contraindicada la epinefrina que se sustituirá por la mepivacaína sin vasoconstrictor.
Por lo que no dudes en acudir al Odontólogo aún estando embarazada, tu bebé y tu salud te lo agradecerán.